Norfolk pasó toda su vida adulta tratando de proyectar una imagen de libertino disoluto ante la aristocracia que lo rodeaba. Era la única manera de poder vivir algo de su vida privada a su gusto. Pero lo que en el pasado fue muy bueno, en el presente se volvía en su contra. Había llegado el momento de sacar a la buena sociedad de su error. Ángela no era una niña mimada, siempre vivió protegida por sus seres queridos, pero era una mujer que sabía qué quería y cómo conseguirlo. Muchas piedras en su camino hicieron que se cuestionara una realidad que creía la suya y que se le estaba escapando como agua entre los dedos. Cuando el diablo mete su cola, nada bueno surge y si el diablo está acompañado de una mujer de pocos escrúpulos mucho menos. Los celos nublaron la razón del Duque y el amor que creía puro parece haber desaparecido. La Duquesa muestra una imagen que no coincide con su forma de ser. La realidad suele presentarse distorsionada y nos obliga a caer en...
Libros, libros y más libros.