Las tardes de verano dan para mucho y creo que en eso me daréis la razón, comenzando con una siesta tostándote al sol tratando de que aparezca ese moreno que te han pedido para el posado del HOLA... ¡Vale!, me he pasado un poco. Lo que si es cierto es que en esas largas tardes disfrutamos de la compañía de amigos y momentos llenos de diversión y complicidad. Los veranos cambian el ánimo a todos, reímos, nos vamos de fiesta, viajamos descubriendo parajes maravillosos y, tal vez, terminamos topándonos con esa persona que nos mueve todo nuestro mundo. Es lo que tiene la estación más cálida del año, en otra época se prestaba para que los bailes fueran el momento perfecto para aquellos que sentían a su corazón palpitar más rápido de lo normal, pudiesen reencontrarse. Es el tiempo de atardeceres con ese primer amor el que más de uno se vuelve un tanto tonto o ese anochecer tan esperado cenando con una brisa que nos cobija, adelantando lo que sucedería en las horas sig...
Libros, libros y más libros.