Kay Scarpetta, directora del Centro Forense de Cambridge, Massachusetts, ha vuelto a casa después de trabajar en la escena de uno de los peores asesinatos en masa de la historia de Estados Unidos, cuando el agente Pete Marino la despierta a una hora intempestiva. Un cadáver envuelto en una tela poco común ha sido descubierto en el campus del MIT, y se sospecha que se trata de la ingeniera informática Gail Shipton, que fue vista por última vez en un bar de la ciudad. Al parecer, la han asesinado cuando solo faltaban unas semanas para que comenzara el juicio millonario al que había llevado a sus ex gestores financieros, y Scarpetta duda que se trate de una casualidad. Además, teme que el caso esté relacionado con su sobrina Lucy, un genio de los ordenadores. A simple vista no hay rastro de lo que pudo matar a Gail Shipton, pero el cadáver está cubierto de un polvo muy fino que bajo la luz ultravioleta emite un intenso brillo tricolor. Además, resulta evidente que alguien, de forma