Elisabeth se despierta en el hospital tras sufrir una agresión que casi acaba con su vida, pero no recuerda nada de su vida anterior: ni quién es, ni qué ocurrió... nada.
El inspector Caleb Davis es el encargado de descubrir al agresor, aunque sin la memoria de la víctima es imposible determinar quién ha sido, pues no hay ni rastro de él.
Pero el agresor está al acecho, y no va a quedarse de brazos cruzados esperando que Livy recupere la memoria...
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