De pronto, un recuerdo inunda mi mente, mi rostro reflejado en el cristal de la pecera, la piel de mis mejillas enrojecidas, mis labios exhalando un quejido lujurioso, él aspirando mi olor y su voz… su voz , susurrándome.
“No insistas en acercarte a mí, Elizabeth Marcano”
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Tiene muy buena pinta la sipnosis del libro, me lo apunto para futuras lecturas.
ResponderEliminarTe dejo también el enlace a mi blog por si quieres visitarme:
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Besos.