Mi nombre es Andreah Danielle Riviere. Siempre supe que mi vida sería diferente a la de mis padres y demás familia inmortal. Yo, siendo una híbrida de vampiro y humano, debía tener una historia un poco más extravagante. Enamorada de un licántropo, pero embelesada con un sempiterno cuyo propósito retorcido pondría en peligro mi vida y la de los seres que más adoraba. No imaginaba lo que una persona sería capaz de hacer por amor o capricho. Estaría a punto de averiguarlo y no de la mejor manera. “Brandon me miró deslumbrado. Nos quedamos quietos por unos segundos. Le rocé el rostro con ternura. Mis dedos dibujaron su mandíbula y sus labios abultados. No quería resistirme más. Ya no había nada que detuviera el avance de nuestros cuerpos. Me tomó entre sus brazos y comenzó a besarme con delirio. Todo mi ser temblaba y el de él también. Sabía que había llegado el momento de unir nuestras almas para siempre”. Mi nombre es Drake Aidan Stock. Tengo diecisiete años. Nadie dijo...
Libros, libros y más libros.