La vida me jugó una mala pasada, el destino que me había trazado giró sobre su propio eje y me obligó a reescribir mi existencia. El dolor de las perdidas hizo que me replanteara los conceptos preestablecidos y abrió mis ojos a la realidad. Los que en un primer momento creía que eran mis amigos y mi amor incondicional de repente se convirtieron en mis verdugos. Como Don Quijote, entré en una lucha constante contra molinos de viento, pero no eran irrealidades, sino recuerdos. Personas desconocidas a las que debo todo me tendieron su mano, salvaron mi vida y acompañaron mis pasos de forma desinteresada. Un nuevo amor intentó entrar en mi vida, pero... ¿cómo confiar cuando no te queda nada más que el amargo sabor del desamor y el puñal de la traición clavado en tu corazón? No será fácil para Lucca, él deberá atravesar el rosal dispuesto a clavarse de espinas si quiere llegar a mi alma y sanar las sangrantes heridas de una mujer sin pasado. Tana soy yo, y me pregunto... ¿se ...
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