Sophia no estaba dispuesta a entregar sus tierras sin luchar. Sus abuelos y bisabuelos habían trabajado duro por ellas y aun siendo culpa de su padre, no les iba a ser fácil arrebatárselas. Si pensaban encontrar a una tonta y dulce damita, no tenían idea de quién era ella.
Gabriel no alcanzaba a comprender qué pasaba con la señorita Willamsen; pero se propuso averiguarlo, jamás había rechazado un desafío. Solo no contó con enamorarse irremediablemente y… ¿Aceptar su doble vida?
¿Qué estaba pasando? O estaba equivocado o a punto de volverse loco.
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